Aquí, en este lugarcito, tendrían que estar las palabras que acompañan el capítulo 2 de la historia del hada, pero se nos perdió la carta de la Bere.
Ella escribió otra y me la olvidé en su casa...
Les cuento rapidito cómo fue que sucedió:
Resulta que yo, el hada , estaba en un sanatorio con mi papá internado y de golpe desaparecí. Era en el horario de visita, cuando me fui corriendo a jugar con mi brujita Berenice. Llegué sin avisar y la encontré armando un gallinero para sus pollos, sí, ¡¡tiene pollos!! , muchos pollos de color negro que le estaban comiendo las verduras de su quinta, y sí, ¡¡también tiene quinta!!
Y, como tenía poquito tiempo para jugar, me fui enterando de las novedades mientras miraba los cuadros nuevos, probaba la pizza rellena, tomaba mate y no sé cuantas cosas más.
Esa tarde me enteré que la brujita seguiría con el blog y me llevé al sanatorio, muuuuy emocionada, las 2 historias del hada.
Al otro día volví a desaparecer en el mismo horario y me fui otra vez a jugar con mi brujita, esa tarde, mientras tomaba mate y me comía tooooodas las tortas que pusieron en la mesa, nos reíamos leyendo cuentos, yo elegí el de un pirata perdido que había enterrado tesoros en el patio de mi casa, ¡¡de verdad!! y Berenice, detrás de su enorme libro de hadas, me leyó historias preciosas de mi, jajaja
¡¡Qué lindo lo pasamos!! ¡¡Y qué tarde se me hizo!! Berenice, había escrito una carta nueva y con el apuro, me la olvidé sobre la mesa.
Las hadas somos así…
Y ahora, ¡¡¡A LEER!!!
Ella escribió otra y me la olvidé en su casa...
Les cuento rapidito cómo fue que sucedió:
Resulta que yo, el hada , estaba en un sanatorio con mi papá internado y de golpe desaparecí. Era en el horario de visita, cuando me fui corriendo a jugar con mi brujita Berenice. Llegué sin avisar y la encontré armando un gallinero para sus pollos, sí, ¡¡tiene pollos!! , muchos pollos de color negro que le estaban comiendo las verduras de su quinta, y sí, ¡¡también tiene quinta!!
Y, como tenía poquito tiempo para jugar, me fui enterando de las novedades mientras miraba los cuadros nuevos, probaba la pizza rellena, tomaba mate y no sé cuantas cosas más.
Esa tarde me enteré que la brujita seguiría con el blog y me llevé al sanatorio, muuuuy emocionada, las 2 historias del hada.
Al otro día volví a desaparecer en el mismo horario y me fui otra vez a jugar con mi brujita, esa tarde, mientras tomaba mate y me comía tooooodas las tortas que pusieron en la mesa, nos reíamos leyendo cuentos, yo elegí el de un pirata perdido que había enterrado tesoros en el patio de mi casa, ¡¡de verdad!! y Berenice, detrás de su enorme libro de hadas, me leyó historias preciosas de mi, jajaja
¡¡Qué lindo lo pasamos!! ¡¡Y qué tarde se me hizo!! Berenice, había escrito una carta nueva y con el apuro, me la olvidé sobre la mesa.
Las hadas somos así…
Y ahora, ¡¡¡A LEER!!!
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