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jueves, 14 de octubre de 2010

tipeamos el EL LIBRO DE LOS SUEÑOS. Por CLARINA ALDEA


EL LIBRO DE LOS SUEÑOS
(A veces es difícil distinguir la realidad de los sueños)

CLARINA ALDEA


PRÓLOGO:

Julie Thomas rojeó las páginas de su libro de historia y, mientras leía sobre el aburridísimo Washington, miró hacia el altillo: quieto, oscuro, como siempre. Sin embargo, a ella le daba miedo, no sabía por qué, pero la asustaba. Finalmente Julie venció el miedo y entró al misterioso lugar.

CAPÍTULO 1: EL LIBRO EN EL ALTILLO.

Julie miraba por la ventana mientras hablaba por teléfono con su amiga Ellen Jonhston:

-Sí, es un libro rarísimo… lo hallé en el altillo, Ellen, ya te lo he dicho mil veces…

-…

-No, aún no lo he leído, pero voy a hacerlo…

Julie miró el viejo libro de hojas amarillentas y tapas negras y lo abrió. En ese momento se oyó un golpe sordo, como de una pesada tapa cayendo sobre el césped. El sonido venía del bosque que estaba detrás del patio de su casa.
Julie se estremeció al oír el sonido, pero no le hizo caso.
La chica se fue a dormir no sin antes contarle a su madre lo que había oído:

-Mamá, encontré un extraño libro, muy viejo, en el altillo. Al abrirlo oí un golpe fuerte, proveniente del bosque.

-Por favor Julie, tienes 15 años, no inventes cuentos de hadas. Ahora ve a dormir, que ya es tarde ¿de acuerdo?

-Sí, mamá…- murmuró la chica.

CAPÍTULO 2: LOS PRIMEROS MISTERIOS

Julie se fue a dormir luego de la conversación con su madre. Bueno, en realidad, decir que se fue a dormir está mal, porque primero telefoneó a su amiga Miranda y luego a sus primas Holly y Becky. Al acabar de hablar, se acostó en su cama y se dispuso a leer su libro (aquel que había hallado en el altillo). Al abrirlo oyó de nuevo aquel golpe tenebroso y volvió a estremecerse. Decidió no hacer caso, pues se asustaba por cualquier cosa.

Leyó el título de la primera historia: “La extraña muerte de Becky Dloster”.

-¡¡¡Aaaaaahhh!!- gritó Julie- ¡¡Mamáaa!!

Su madre, su padre y Lesley, su hermana de 11 años, entraron en la habitación de Julie.

-Por Dios, Julie- exclamó su padre -¿por qué gritabas así?

-Mirá papá, fijate el libro- Ella le tendió el libro a su padre, que leyó el título.

-¡Oh! ¿dices que esto estaba en el altillo?

-¡Sí! ¿Has visto el título?

-Claro Julie ¡Las aventuras de Sherloch Holmes!. Nunca lo había previsto, ¿y tú Candy?

-No, claro que no- le contestó su esposa.

-¿Quién era ese Serlock Olmes o algo parecido?- preguntó Lesley.

-Un investigador, hija- le contestó su madre.

Julie quedó azorada y volvió a mirar el título. Ningún Sherloch Holmes, sólo el título: “La extraña muerte de Becky Dloster”…


CAPÍTULO 3: LOS SUEÑOS DE JULIE.

Julie se puso a leer el extraño libro. En él decía, luego del título, que:

“Becky Dloster se dirigió a su madre en un tono muy brusco, quizá demasiado…
Su madre se puso triste por cómo la trataba su hija menor. Ella siempre la había tratado bien, pero Becky…
Rebecca Dloster era muy rebelde y ese día la había tratado peor que nunca…
-Por Dios mamá, ¿qué es lo que tienes en la cabeza? De veras, yo no sé si tú eres mi madre en realidad, o si eres un extraterrestre- y muchas cosas más.
A la madre, Ann, esto la puso triste y decidió irse a la casa de su cuñada Candy, por esa noche. Eran las 3 de la mañana, pero a Ann esto no le importó. Mientras ella esta en casa de Candy, en la suya estaba ocurriendo algo de suma importancia:
Becky se acercó a la ventana del piso alto mientras ojeaba su revista preferida y tropezó con el borde de la cama.
Rebecca cayó dando un grito ahogado e inaudible y aterrizó contra el piso frío y rasposo de la calle…
Luego de desplomarse contra la calle una furgoneta azul a toda velocidad pasó por encima del cuerpo de Becky Dloster…”


-¡¡Por Dios!!- exclamó Julie, horrorizada -¡¡Qué muerte tan horrible!!

Julie decidió no leer más por esa noche y dormir de una vez por todas, pues ya eran las 12 de la noche.
Ella se durmió enseguida y soñó algo…
Bueno, más que un sueño, fue una pesadilla:
Extrañamente, en este sueño Julie no estaba presente, sólo se hallaba su prima Rebecca en su cuarto, buscando la revista semanal que tanto le gustaba. También le gustaba leer en el cuarto del piso alto, el de su madre, así que se fue a leer allí.
Becky se acercó a la ventana para leer junto a ella, pero no miraba por donde iba. Julie le gritó que mirara, pero Becky no la oyó, parecía que Julie no estaba allí.
Rebecca tropezó con el borde de la cama y cayó al vacío…
Luego de esto, Julie oyó el típico sonido de una furgoneta a toda velocidad.


CAPÍTULO 4: LA TÍA MISTERIOSA.


Julie despertó sobresaltada con los golpes de la puerta de calle, y se puso a pensar qué cosa era ese libro. Primero se oía un extraño golpe al abrirlo, luego cambiaba de título para ella, pues su padre leía algo totalmente distinto y ahora, soñaba lo que el libro decía.

-Julie, por favor, ve a abrir la puerta de la calle, quizá sea algo importante- le dijo su madre.

La chica se levantó de la cama y se fue para la puerta sin decir nada. Al pasar por el reloj se fijó en la hora: las 3:00 am. Exactamente.

En la mirilla de la puerta apareció el rostro preocupado de su tía Ann. Julie abrió la puerta recordando el sueño, pues decía que Ann había ido a su casa a esa hora.

-Gracias Julie- dijo la mujer, que tenía el rostro como si hubiera llorado –de veras, necesitaba venir aquí.

-¿Por qué tía? ¿Acaso te sientes mal, te duele algo?

-No Julie, sólo que tu prima Becky es tan rebelde…

-¿Acaso te ha dicho algo que te ha herido?- le preguntó su sobrina, ya prácticamente sabiendo lo que pasaba.

-Sí, como siempre, me dijo que no sabía si era mi hija, que yo era…

-¡Un extraterrestre! ¿No es cierto?

-Sí, pero, ¿cómo lo sabías?

-Eso ahora no importa, ¡vuelve a tu casa, que Becky está en peligro, si quieres salvarla y que no caiga por la ventana y que luego una furgoneta la atropelle, vuelve a tu casa, por favor!

-¿Qué te sucede Julie?- le contestó Ann- ¿Acaso te has vuelto loca?. No le sucederá nada a Becky, por amor de Dios.

Julie se asustó mucho, pero piensa que debía ser una coincidencia ó que en el libro decía otra cosa y ella había adivinado lo del extraterrestre.
Para comprobarlo, se fue a fijar al libro, pero al buscarlo en su mesa de luz, no lo halló. Por eso pensó que debía ser un sueño, que ella había relacionado todo con el cuento y había dado la casualidad de que el cuento o lo que había contado su tía se pareciera mucho. O talvez Ann no estaba allí siquiera.

Julie fue a apagar la luz de la mesita de noche y vio un cartón o algo así detrás de ella. Era de color negro. Julie lo levantó y vio que era un libro, pero no cualquier libro, ¡era el libro de los sueños! Ella lo abrió y leyó como título: “La secreta muerte de Miranda Barett”.

-No volverás a engañarme libro. Sé que no existes y que todo es mentira. Becky no ha muerto y Miranda no morirá.- Esto dijo Julie al leer el título.

Luego oyó el timbre del teléfono abajo y fue a atender…

-¿Diga?- preguntó Julie.

-Buenas noches, ¿con la casa de Candy y Josh Thomas?

-Sí, soy su hija Julie, ¿qué necesita?

-Soy el oficial Darafft, ¿acaso Ann Dloster se encuentra allí?. He sido informado de que sí.

-Sí, está aquí, pero está durmiendo. Déjeme el mensaje, yo se lo paso oficial.

-Está bien. Hemos encontrado un cadáver en la calle de su casa. Es femenino. Buscamos a las señoritas Holly y Becky Dloster, pero no las hallamos. Necesitamos que vengan a reconocer el cuerpo.

Julie se echó el largo cabello negro hacia atrás y susurró:
-No puede ser…
Y colgó el teléfono.

CAPÍTULO 5: EL LIBRO DICE LA VERDAD

Julie llamó a su tía en la casa de invitados y le contó lo que le había dicho el oficial Darafft.

-Julie, ¿segura que ha dicho eso?- le respondió su tía.

-Sí tía, pero espera, antes quiero decirte algo: hoy por la tarde hallé un viejo libro negro de hojas amarillas (…)
Julie le contó todo a su tía, sin ahorrar ningún detalle.
-¿Y tú que dices?-finalizó.

-¡Oh!- dijo Ann con cara de asombro, pero luego sonrío y dijo: -Julie, eres muy buena actriz, de veras lo he creído, pero no debes jugar con estas cosas.

Ella se mordió el labio inferior estando a punto del llanto ¡no podía ser que nadie le creyera!
Julie decidió esperar y no hacer nada más. Talvez, no sucediera nada y el oficial estaba equivocado.

Su tía pensaba ir al departamento de policía en ese preciso instante.

-Julie, ¿vienes al departamento o te quedas en casa? –Preguntó Ann, impaciente.

-Está bien tía, iré.

Julie respiró hondo y se dirigió a la puerta de calle. No le gustaba ver cosas así, pero quería saber si el cadáver que la policía había hallado era el de Becky o no.
A Julie le costó acomodarse en el auto de su tía y no pensar en lo que sucedería. Después de todo, no lo sabía.
Julie no podía esperar a ir al departamento, luego ir a la morgue, reconocer el cuerpo y asegurarse de que no era el de Becky. O talvez sí lo fuera.
En eso estaba pensando cuando su madre le había dicho que se bajara, pues ya habían llegado. Julie se encaminó temblando a destino.

-Bien oficial- oyó que decía su tía Ann-, iremos, pero estoy segura de que no sucederá nada. Completamente segura.

-Si Ud. lo dice Sra….- contestó Darafft.

Ann llamó a su esposo Richard para que la acompañara por si acaso el cuerpo era de alguien conocido. O de alguna de sus hijas…
La mujer espantó esa idea y pensó en lo que sucedería. En la morgue lo vería. Una vez allí, les dijeron dónde estaba el cadáver recién encontrado. Estaba recostado en una camilla. Éste tenía cabello corto, muy liso y de color negro azabache, como el de Julie. En ese momento entró una chica de unos 20 años, cabello castaño y rizado y pequeños anteojos de montura metálica.

-¡Holly!- Exclamó su madre -¿Qué haces aquí, no deberías estar en el restorán italiano con tus amigas?

-Sí, pero al enterarme vine hacia aquí. Si no quieres ver esto yo lo haré por ti.

-¿No te da asco ver un cadáver?

-Claro que no mamá, recuerda que estudio para medica forense- le explicó la prima de Julie a su madre con cariño.

-Sí, sí, pero miraré yo. Debo prepararme para lo peor.

-Mamá, no pienses eso- Le dijo Holly- puedes estar segura de que a Becky no le pasó nada.

-¿Y Sra.?- Le preguntó el oficial Darafft -¿Conoce a esta persona?

Ann suspiró y dijo:
-Lo hablaré con mi familia

-Está bien- contestó.

La mujer habló un momento con Candy, Richard y Josh hasta que se echó a llorar. Josh tomó la palabra:

-Me temo que sí. Es mi sobrina Becky.

-Por favor, dígame el nombre completo de la señorita.

-Rebecca- dijo -, Rebecca Dloster.


CAPÍTULO 6: JULIE DESCUBRE LOS PODERES DEL LIBRO


Julie no soportó más, decidió que lo mejor era largarse de allí y ponerse a hacer algo que le permitiera olvidar. Lo primero que se le vino a la cabeza fue leer. Aunque, recordó ella, no era la mejor idea, pues ella había devuelto un libro a la biblioteca y sólo quedaba el libro de los sueños. Julie no quería volver a leer ese libro porque estaba segura de que era el causante de la muerte de su prima.

“Me estoy dejando llevar por mi imaginación, un libro no tiene poder sobre nada”, pensó.

-Ya basta, Julie, ya basta, el libro no es poderoso, ningún libro lo es. Se dijo en voz alta. Pero en ese momento, una especie de carcajada amortiguada por el viento se oyó por la ventana.

“Qué cosa tan rara el viento. Hasta me pareció oír una carcajada”, pensó.

Se puso a leer el libro, talvez no tuviera nada raro en él y leyó: “La secreta muerte de Miranda Barett”


“Miranda se sentía mal, tenía un mal presentimiento.
En ese momento oyó un golpe en la ventana, pero le pareció que era su gato.
De pronto, vio que su perro le ladraba de frente a una camioneta derrapando “¡Oh no! Lo atropellará”, pensó. Miranda logró sacar al perro de en medio, pero la atropelló a ella. Nadie supo que era ella hasta 3 días luego.”


-No- dijo Julie con firmeza- No le sucederá nada.
Ella no se pudo dormir en toda la noche pensando en su amiga. Sin embargo, al día siguiente, la misma Miranda fue a pedirle los deberes. Entonces Julie se dio cuenta de que si leía y no soñaba, no se haría realidad.
Volvió a tomar el libro y leyó:

“En este libro habita un demonio que se alimenta con la muerte de los humanos. Para lograrlo, él domina los sueños de éstos. Al no leer el libro –cosa que resulta imposible, puesto que tiene un alto poder de atracción sobre los humanos- o no soñar lo que dice, lo dictado en el libro, se deshace.
En ese momento, Julie entendió todo y pensó quemar el libro, pero luego leyó, en la última página también, que era indestructible. Entonces, decidió devolverlo al altillo, cosa que debió hacer mucho tiempo antes.


FIN

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